Desamor
Desamor. Sin amor. Las parejas que caminan por la calle, tomadas de la mano; sonrientes; te repugnan. En el corazón de un enamorado la vida es simple y feliz: la alegría reside en la otra persona. En el corazón de un desenamorado la vida es simple y feliz: la alegría radica en el egoísmo de la propia existencia.
La lluvia continúa e invade las callejuelas de la ciudad; callejuelas que nunca te tomaste el tiempo para visitar pero que conoces de toda una vida. En alguna de esas calles, en el rincón menos pensado puede que se esconda el corazón que espera compartir tu felicidad. O puede suceder que se encuentre a miles de kilómetros de distancia, esperando encontrarte. Con el sonido de la vida, del mundo; estos pensamientos se te van convirtiendo en indeseables y de indeseables pasan a difuminarse; y así, con el aire del desencanto de cariños pasajeros; vuelan lejos, llevándose la promesa de un amor a otros que quieran atenderlos.
Para quien no está enamorado las frases que se dicen las parejas no son más que mentiras con propósitos distintos. Ya hace tiempo que no las escuchas, ya hace tiempo que no las dices; y eres feliz en tu egoísmo.